Nueva Zelanda, tras un fuerte sismo de magnitud 7,0 que causó grandes daños materiales, fue declarada en estado de emergencia, para facilitar la evacuación de la gente y limpiar las calles que fueron bloqueadas por los derrumbes de los edificios. A demás el suministro de electricidad fue cortado, varios puentes resultaron dañados y numerosas calles quedaron sembradas de cristales de ventanas rotas.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario